LA EXPLOTACIÓN EN PASCO, UN MAL DE MÁS DE 100 AÑOS

DESDE CERRO DE PASCO, UNA REFLEXION SOBRE LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL

Hugo SOSA SANTIAGO
Responsable del Area Medio Ambiente y
Desarrollo Regional del Centro LABOR

Antecedentes:
Desde que la minería fue definida como actividad económica, se ha constituido como una fuente de recursos para su desarrollo, sin embargo desde mediados del siglo pasado la humanidad a empezado a pensar seriamente en el costo social, ambiental y de salud que generan los sistemas de explotación y transformación de los recursos mineros no renovables, no sólo por destruir la tierra, sino especialmente por la gran cantidad de desmontes, relaves, gases tóxicos, polvos, aguas ácidas y otros que consecuentemente destruyen los recursos naturales del planeta, sumándose a esto el deterioro de la salud y la inestabilidad emocional y social de las poblaciones que viven al entorno del trabajo minero.

La historia de la ciudad del Cerro de Pasco no es ajena a la situación descrita, desde 1630 en que Santiago Huaricapcha dio a conocer la existencia de una riqueza argentífera en esta zona, pasando por la llegada en 1900 de la empresa norteamericana Cerro de Pasco Cooper Corporation, que en muestra clara de abuso y prepotencia no solo explotó los recursos mineros, sino también los hídricos y ganaderos, dejó en 1976 a la Empresa Minera del Centro (CENTROMIN PERU) como una de las principales de América Latina en producción minera, hasta definir los destinos de la ciudad con un dudoso proceso de privatización dejándonos a Volcan Cia. Minera.

La provincia de Pasco, es una provincia minera y de importancia agropecuaria, cuenta también con abundantes recursos hídricos e ictiológicos, que lamentablemente se van deteriorando por los procesos de contaminación ambiental.

En los distritos de Chaupimarca, Yanacancha, Simón Bolívar, Tinyahuarco, Huayllay y Yarusyacán, actualmente vienen operando doce empresas mineras y siete plantas de beneficio mineral, todas ellas producen gran diversidad de agentes contaminantes y constituyen fuentes importantes de impactos directos e indirectos para el medio ambiente y vida social del Cerro de Pasco y de las zonas periféricas donde se desarrollan estas actividades.

El crecimiento irregular y desordenado de la ciudad de Cerro de Pasco y sus capitales distritales, generan importantes fuentes de impacto negativo al medio ambiente, ya que carecen de servicios básicos (agua, desague) suficientes y adecuados, al igual que los servicios de saneamiento y limpieza no son asumidos de manera prioritaria por las autoridades locales y comunales.

En el estudio realizado por CISEPA PUCP en 1996 menciona que todo este proceso de asentamiento de la minería en Cerro de Pasco, ha generado impactos negativos en la identidad socio cultural de la población como la pérdida de la memoria histórica, destrucción de símbolos y de actividades portadoras de valores compartidas; nosotros complementaríamos esta parte mencionando que la población siente como algo natural y cotidiano convivir con la contaminación, se ha constituido en parte de su vida, esta situación lo toma como algo normal.

Si bien es cierto que la minería como actividad económica es significativa para el país, lamentablemente no lo es socialmente; de la mano del dinero del trabajador minero, “se acompaña la demanda de alimentos, los servicios de hospedaje y la recreación, incluidos el incremento de la prostitución y la delincuencia, ampliándose la demanda de los servicios de salud, educación, electricidad y otros, esto se traduce en el aumento de los precios mas que del empleo, aumentan las poblaciones marginales alrededor de las ciudades con los campesinos desplazados…” (Evaluación de la Situación Urbano Ambiental de la Ciudad Minera de Cerro de Pasco”, LABOR, 2003 pp 19).

Se suma, la presencia de enfermedades ocupaciones, el deterioro de las relaciones sociales que se manifiestan en conflictos y muchas veces en la pérdida de la identidad, el incremento de madres adolescentes o madres solteras, aparición de bares, cantinas y discotecas como resultado de la presencia de “las contratas” que tienen en su interior a gente foránea, los mismos que emigran a otros lares al culminar su periodo laboral.

Contexto Local Actual
Las zonas urbanas de los distritos de Simón Bolívar, Yanacancha y toda la circunscripción de Chaupimarca son las directamente perjudicadas por los procesos de contaminación ambiental minero y estancamiento del desarrollo urbano, los que se manifiestan así:
- Permanencia de conflictos por uso de suelo: el tajo abierto ocupa el 50 % de polígono de la ciudad, incrementando las zonas de expansión, el desalojo de pobladores y moradores, destrucción de viviendas, tugurización, hundimientos, modificación del paisaje, destrucción de calles e infraestructura.
- Persistencia de la contaminación del recurso hídrico con relaves, desmontes, residuos sólidos y líquidos y aguas ácidas, que entre otros aspectos, trae como consecuencia la destrucción de la flora y fauna. Adicionalmente se presenta el déficit de suministro de agua para consumo humano, al ser compartido el volumen con la empresa minera.
- La contaminación del aire no ha sido mitigada, siendo fuente directa de enfermedades en la población, particularmente en niños menores de cinco años, esto originado por las canchas de relaves, los botaderos de basura, el desmonte descubierto, la lluvia ácida y las fuentes móviles y fijas.
- La presencia de plomo en sangre, en valores superiores a los que dispone la Organización Mundial de la Salud (10ug/dl) especialmente en niños menores de doce años en zonas como Paragsha, Champamarca y Huayllay.
- Se mantiene el déficit de viviendas y dotación de servicios, con limitadas áreas verdes y escasas zonas de recreación.

RESPONSABILIDADES NO ASUMIDAS:
La realidad ambiental del Cerro de Pasco es lamentable, la Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales (ONERN), la consideró como una las 16 ciudades mas críticas del país (Evaluación de la Situación Urbano Ambiental de la Ciudad Minera de Cerro de Pasco”, LABOR, 2003 pp10), frente a ello es urgente asumir responsabilidades y no continuar en el pasivismo que se manifiesta así:
- Las autoridades de los gobiernos locales, tanto provincial como distritales, así como los funcionarios que representan a los ministerios de Educación, Agricultura, Energía y Minas y otros, no consideran al tema ambiental como prioritario, lo que ocasiona que la población (niños y adultos) tampoco valoren los recursos naturales ni la preservación de los mismos.
- De igual manera nos atrevemos a indicar que las autoridades regionales, locales y comunales también se sienten ajenos a la problemática de contaminación de sus localidades, pero a la vez contribuimos con nuestra pasividad y nuestra posición de simples observadores.
- Los responsables de las empresas mineras existentes en la región, desde el inicio de sus operaciones y amparados por un marco legal inadecuado y parcializado, no toman en cuenta los impactos ambientales y sociales que ocasionan y lamentablemente hasta el momento no han podido superar ni resarcir los daños causados, especialmente a los recursos naturales pertenecientes a las comunidades campesinas. Las empresas mineras, en la actualidad sólo se limitaron a cumplir “por obligación” sus Programas de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) sin que existan iniciativas ni políticas propias empresariales ambientales, donde participen por igual, las organizaciones sociales afectadas, las autoridades locales y la población.
- Poca o ninguna difusión de las normas vigentes, esto es una deficiencia en todo el Perú. El grueso de la población en el ámbito nacional recibe poca información de los medios de comunicación masiva, a ello se suma la falta de interés por parte de los pobladores. En tanto se recomienda que la educación ambiental se dé a todo nivel de forma permanente y de interés nacional.

Por otro lado, en éstos últimos años, algunas instituciones como el Centro de Cultura Popular LABOR, vienen trabajando en los procesos prioritarios de sensibilización de la problemática ambiental y hacer evidente el estado de contaminación aguda en la que se encuentran nuestras localidades, actualmente están en la etapa de apoyar procesos donde la población pueda dar el salto de la exigencia por exigencia a la de exigencia con propuestas que permita desarrollar sus localidades impulsando otras actividades económicas y preservando sus recursos.

En el primer año de gobierno municipal, la Comuna Provincial de Pasco a convocado a reuniones de trabajo a los funcionarios de las empresas mineras del entorno, la iniciativa positiva, pero lamentablemente, luego de cuatro sesiones no hubieron resultados positivos ni participativos, por el contrario los conflictos entre las empresas y las comunidades se han agudizado, muestra de ello es lo que ocurre entre la comunidad urbana de Ayapoto y Volcan Cia. Minera o el acontecimiento entre las comunidades campesinas de Lalaquia y Ticlacayán y la empresa Atacocha, mientras que las autoridades ediles municipales consideraron el tema ambiental solamente como la gestión de residuos sólidos.

La ciudad del Cerro de Pasco, contaminado, las zonas de Yanacancha, Paragsha, Ayapoto y Champamarca contaminados por la presencia de desmontes mineros y plomo en sangre, Quiulacocha afectado por relaves, la cuenca del Río San Juan afectado, lo mismo ocurre con la cuenca del Huallaga, mientras que la micro cuenca del Río Tingo murió irremediablemente, es hora de unirnos luchemos contra la contaminación del plomo, arsénico y gases tóxicos que matan nuestra generaciones futuras…luchemos por nuestros recursos naturales, hagamos de Pasco un lugar digno y sano donde vivir…ES TAREA PRIORITARIA.